El príncipe y el mendigo
Mark Twain editó esta obra en Canada en 1881. Considerada como una novela dirigida a un público juvenil es mucho más que una agradable fábula con final feliz con un interesante trasfondo social. Dos muchachos, uno un mendigo y el otro un principe heredero, muy parecidos físicamente, intercambian los papeles a los que les ha estado destinado la vida. El principe conocerá la pobreza y las injusticias que sufre su pueblo y el mendigo las limitaciones que supone el estatus real. Después de numerosas aventuras, se deshace el entuerto cuando el mendigo va a ser coronado rey. Tras las experiencias vividas gobernará con justicia y clemencia, y el mendigo será recompensado para que no tenga que volver al sórdido mundo de miseria y privaciones que había padecido.