La armonía del caos
Para hacer este libro tuve que recurrir a viejas canciones, fotos, videos, recortes, cartas, escritos, emociones, sentimientos, repeticiones, reencuentros, personas, momentos, lugares y desencuentros. Tuve que organizarme y desorganizarme. Tuve que bañarme, quitarme los cólicos, sufrir dolores de cabeza y atravesar ese momento en el que solo piensas: «No sé por dónde empezar». Lloré, reí, canté, bailé, escribí mal, escribí bien y volví a empezar. Hablé, escuché, pensé, dormí, y soñé. Me eché cremas, olí perfumes, madrugué, me desvelé, me desesperé y me estremecí. Creo que todo eso lo hace especial, porque de alguna manera me demuestra que sentí cada parte de este libro, que es mi vida y es la historia que quiero compartir con todo aquel que decida leerlo. Esto hace parte de las memorias que espero se recuerden de alguna manera en el transcurso de mi historia. Ahora tú que ya conoces algo de lo que tengo por decir, haces parte de ella.