Mujeres que no perdonan
Ingrid renunció a su carrera como periodista cuando su marido fue nombrado director de un importante periódico. Él siempre le ha sido infiel. Victoria huyó de un pasado oscuro en su Rusia natal. Su matrimonio comenzó siendo un refugio, pero se ha convertido en una pesadilla. Birgitta está a punto de jubilarse como maestra y deberá luchar contra una terrible enfermedad, pero antes debe enfrentarse a algo peor: la fría mirada de su pareja.
Cuentos
Abraham Valdelomar falleció muy joven, con 31 años de edad, pero esto no le impidió hacerse un nombre propio en la literatura. Algunos de sus cuentos, como «El caballero Carmelo», son de los mejores que se han escrito en la literatura peruana. Se recogen aquí todos los cuentos que publicó en distintos periódicos, revistas y libros, reunidos para poder hacer una lectura organizada por temáticas.
En total, 14 relatos que permiten entender la figura de Abraham Valdelomar en toda su dimensión y reivindicarle como uno de los grandes escritores de cuentos.
En manos del narco
En manos del narco documental el explosivo surgimiento de cárteles, desde el gobierno de Felipe Calderón –el presidente de la guerra fallida—, hasta la actual administración de Enrique Peña Nieto. A lo largo de estos años, los grupos criminales no sólo han logrado una mayor identificación social, sino que se han enquistado en el poder político: alcaldes, regidores, síndicos, diputados, senadores y hasta gobernadores han convivido con el crimen organizado y, peor aún, han brindado protección a sus actividades delictivas.
Esta cohesión entre crimen y poder, además de recopilar la historia de capos emblemáticos, se presenta en esta puntual investigación del periodista mexicano Ricardo Ravelo.
Guerra y paz
Lev Nikolaevich Tolstói nació en 1828 en el seno de una familia aristocrática. Su estancia en el ejército durante la guerra de Crimea despertó en él su carácter antibelicista y tras una crisis espiritual se instaló en Yasnaia Poliana, lugar donde había nacido, preocupándose de la suerte de los campesinos, de sus enormes propiedades y llevando una vida austera, acorde con los principios del Evangelio. Entre 1865 y 1869 escribió esta monumental novela que obtuvo un éxito extraordinario y que se ha convertido en un hito de la literatura universal. Se trata de un fresco fidedigno de la sociedad rusa del momento en el contexto de las guerras napoleónicas y la vida tras estos hechos bélicos, en la que gran número de personajes, perfectamente encajados, crean algo más que una novela: dan pie a una historia fascinante llena de matices psicológicos y de una fuerza arrolladora.
Ceniza en los ojos
Jean Forton (Burdeos, 19301982 nació veterano, murió joven y pudo haber sido famoso, pero eso ya no pasó. Nunca fue sobrevalorado, y la misma industria de los premios que antes lo había encumbrado acabó desechándolo, olvidándolo. Dejó de escribir, o empezó a hacerlo en secreto, se convirtió en un librero misántropo y dedicó los días que le quedaban a vender códigos civiles a estudiantes universitarios. Mejor eso que suscribir el gusto literario oficial de la época. Ceniza en los ojos (1957) es, según la opinión popular, su mejor novela. Y también la más contemporánea. Quizá por su desencanto y su pesimismo, por el humor despiadado, porque Forton parece estar de vuelta de todo.
La historia se resume con facilidad: un hombre mayor seduce a una jovencita con alevosía, y por ello la han calificado, sin razón, de antilolita. Al igual que la novela de Nabokov, Ceniza en los ojos acaba mal, pero es la prosa casi forense y transparente del autor, que se confunde con el diario de este Don Juan de tercera, «mediocre, más bien feo y perezoso», sin talento ni ideales, la que sorprende, como ejercicio de estilo a la inversa, por su modo personalísimo de dar cuenta de una historia tan universal y banal. Aunque no por ello sea menos trágica: del monólogo interior a la palabra, transitiva, que mata, hay un paso. De allí a ser el propio castigo, poco más.