Todos los hombres son iguales
Estas historias no son de nadie en particular. Están escritas para ser leídas por hombres y mujeres como usted, motivados, estimulados o deseosos de encontrar verdades sin tapujos sin hipocresías. Algunas de estas historias los espantarán otras los harán sentirse enojados, acongojados o identificados. Después de leer este libro, de seguro muchas dirán «todos son iguales» y muchos afirman «no es verdad todo lo que aquí se dice sobre nosotros». Es el momento de adentrarnos en el mundo de los hombres para recorrer ese universo de contrastes y de múltiples experiencias.
Cómo Abrí El Mundo
En esta historia se identifica como el consumo de drogas puede afectar la vida personal y profesional de cualquier persona, también podemos ver la capacidad que tiene cada ser humano para salir de estas situaciones y superar estas adicciones. No todo esta perdido por tomar una mala desición, sólo basta con querer salir de ella y enfrentarse a una batalla contra lo que se esta apoderando de el ser mismo.
La Huida De Las Ratas
Cuando vieron que la guerra estaba perdida. importantes criminales de guerra nazis se escondieron o huyeron de Europa, ayudados en muchos casos por el Vaticano, el Gobierno de Franco, el de Perón o el estadounidense. Eric Frattini sigue la pista a una docena de ellos paso a paso, por las rutas que siguieron, dejando tras de sí una terrible huella de sangre y horror.
Historia Del almirante
La Historia del Almirante reúne una sucinta biografía de Cristóbal Colón y una extensa relación de sus cuatro viajes a América. Escrito por su hijo Hernando Colón, el texto destaca por la impronta de velado misterio y fascinante aventura, lejos de configurarse como una acumulación de datos históricos. Aunque la obra ha sido objeto de polémica por la dudosa autoría del apartado biográficos y el enaltecimiento de la figura del Almirante, no cabe duda de que este libro es «un texto fundamental para la historiografía del descubrimiento» como lo demuestra el prólogo de Pedro Insua que acompaña a esta edición.
Lujuria
«Hace tiempo que estudio nuevos documentos confidenciales, escuchas telefónicas de la fiscalía italiana y de las fiscalías extranjeras y los informes de comisiones internacionales. He conocido a sacerdotes y monseñores que me aseguran que, además de los delitos financieros, siguen cometiéndose otros tantos sexuales. […] Que los abusos de menores no se han erradicado, sino que en los tres primeros años de pontificado de Bergoglio han sido presentadas ante la Congregación para la Doctrina de la Fe 1.200 denuncias de abusos «verosímiles» a niños y niñas de medio mundo. Al parecer, no solamente no se ha castigado a los encubridores, sino que muchos de ellos han sido ascendidos.»
Así comienza la nueva y explosiva investigación de Emiliano Fittipaldi. De Australia a México, de España a Chile, de Como a Sicilia, cada año hay centenares de denuncias de delitos y comportamientos inaceptables por parte del clero. Entre quienes, con palabras o con hechos, lo han ocultado hay cardenales –como tres de los componentes del más algo grupo de poder en el Santa Sede, George Pell, Óscar Rodríguez Maradiaga y Francisco Errázuriz–, prelados importantes –como Carlo María Viganò, Tarcisio Bertone o Timothy Dolan– y muchos obispos, con la ayuda de la guía vaticana y de la CEI, que aún hoy no prevén una denuncia obligatoria ante los casos de violencia sexual de sus sacerdotes.
Hasta la fecha, nadie había juntado datos, casos concretos, declaraciones doctrinales e investigaciones judiciales para mostrar el desconcertante y turbador sistema de una Iglesia presa aún del pecado de lujuria y presta a tapar cada escándalo, a proteger al «lobby gay» del Vaticano, a evitar el compensar a las víctimas, y a perdonar y ayudar a los verdugos.
Bestseller
SILENCIO, Jane Brox
El hacinamiento en las carceles, los castigos que cruelmente se imponían y los monasterios a finales del siglo XVIII son parte de la profunda investigación escrita en este libro, descubre las dos caras de estos temas y como el silencio puede ser un castigo o una salvación.
Un Hombre Decente
Nat, un veterano de cuarenta y siete años de los servicios secretos británicos, cree que su tiempo en la agencia ha concluido y ha vuelto a Londres con su mujer, la resiganada Prue. Pero existe una amenaza creciente de Moscú, y la Oficina tiene otra misión para él: hacerse cargo de una difunta subestación de Londres con un desorganizado grupo de agentes. El único destello de luz en el equipo es la joven Florence, que tiene la mirada puuesta en el Departamento Rusia y en un oligarca ucraniano involucrado en dudosos negocios.
Narco en la frontera
Crónica que relata la vida de dos adolescentes mexicano-americanos que son reclutados para ser sicarios de los Zetas, Gabriel Cardona y Rosalio Reta crecen en Laredo, Texas, en ambientes llenos de violencia. Ante la falta de oportunidades, se unen a las filas de una de las organizaciones criminales más peligrosas y sádicas de la actualidad. Mientras tanto, Robert García, un detective de la DEA, se dedica en cuerpo y alma a combatir el tráfico de drogas. Sin embargo, él sabe que tal guerra es quizá imposible de ganar debido a una falta de voluntad real de terminar con este problema de parte del gobierno y de las instituciones implicadas en su lucha
El desierto y su semilla
Baron Biza publicó en 1998 El desierto y su semilla, libro en el que narra cómo fue minuciosamente reconstruido el rostro de su madre al tiempo que, en estructura paralela, trata de reconstruir la desgraciada historia de la desfigurada Argentina del siglo XX. Cuando estaba recibiendo un alud de buenas críticas, imprevistamente su autor se suicidó arrojándose desde la duodécima planta de una casa de pisos de la ciudad de Córdoba» (Enrique Vila-Matas, El País).
El despiste de Dios
Nacemos sin libro de instrucciones. A la manera de un sexador de pollos, nos clasifican en función de nuestros genitales: vulva o pene, mujer u hombre. No hay espacio para nada más. Nadie nos pregunta quiénes somos, cómo nos sentimos, qué queremos […] Yo no quería resignación cristiana, como pedían en la catequesis, yo quería reasignación. Yo quería operarme. Yo quería unas manos rudas de herrero, lucir la barba de T.J. de Los Hombres de Harrelson, tener la mirada pícara de marinero recién llegado a puerto. Yo quería llamarme Diego en mi documentación, yo quería respeto. En realidad, yo quería querer y que me quisieran, como todos.