Mundo del fin del mundo
Mundo del fin del mundo: Un adolescente, enardecido por la lectura de Moby Dick, aprovecha las vacaciones de verano para embarcarse en un ballenero que por primera vez lo llevará a los confines australes de América, por donde todavía navegan legendarios héroes de verdad y de mentira. Años después, ya adulto, y miembro activo del movimiento Greenpeace, vuelve a los lejanos parajes de su escapada juvenil por una razón distinta, pero igual de romántica: detener a barcos piratas que están depredando la fauna marítima que habita las gélidas e impolutas aguas del mundo del fin del mundo.
Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) ha recorrido desde muy joven casi todos los territorios posibles de la geografía y las utopías, y de esa vida inquieta y agitada ha sabido dar cuenta en apasionantes relatos y novelas. Además de Mundo del fin del mundo, Tusquets Editores ha publicado sus obras Un viejo que leía novelas de amor, Nombre de torero, Patagonia Express, Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar y La lámpara de Aladino, entre otros títulos.
Las 1000 caras de las religiones orientales
En Occidente tradicionalmente se ha ligado la idea de lo sagrado a la religión sin embargo, en Oriente existe una vinculación estrecha, incluso indisoluble, entre la religión, la tradición, la cultura y lo sagrado. Entender esta forma de vida donde lo sagrado envuelve todos los aspectos del ser humano, implica un profundo estudio de las costumbres y las tradiciones para adentamos en la religión, este es el objetivo de las 1.000 caras de las religiones orientales.
En esta obra se aborda el análisis del hinduismo, el budismo, el jainismo, el taoismo, el confucionismo, el sintoismo y el sijismo, que, aunque remiten a un origen similar, incluso en sus creencias y dioses, merecen un estudio por separado, dada la entidad de cada una, y la influencia que sobre la cultura occidental tienen hoy en día.
Grandes mestros de la pintura: Renoir
Renoir Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) es, juntoa Monet, el máximorepresentante del impresionismo pictórico y es también quien vive con más intensidad la vida bohemia del París del final del siglo XIX, cuya alegría de vivir refleja en sus cuadros. Su nombre está asociado para siempre a los bailes, las mujeres y la vida de Montmartre, pero también a los personajes poderosos de la época (editores, banqueros, nobles.), para quienes realizó retratos y decoró sus mansiones. Apasionado del arte, recordaba al final de su vida no haber pasado ni un solo día sin pintar, a pesar de que en sus últimos años la enfermedad convirtió esta actividad en una tortura.
Gustav Klimt
Gustav Klimt realizó una obra pictórica tan vasta y de tanta calidad, que participó de la mayoría de las tendencias que se desarrollaron a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX: vanguardismo, impresionismo, simbolismo, Art Nouveau. Luchó siempre por la libertad de expresión del artista, contra toda clase de poderes. En su trayectoria personal tuvo una gran importancia la figura de la mujer, lo cual se refleja en su obra tanto en la perfección de sus retratos como en el profundo erotismo de sus escenas de amor.
Grandes maestros de la pintura: Cézanne
Paul Cézanne (1839-1906) es un precursor, un pintor entregado a un sueño:realizar una obra que llegara a los museos y que trascendiera las corrientes artísticas de su época. A este sueño consagró su vida y a él le debemos una profunda transformación del hecho pictórico, que convirtió en un ejercicio mental, alejado de la simple contemplación. Tan irrespetuoso como genial, nunca hizo concesiones artísticas. Permanentemente insatisfecho con sus logros, era capaz de destruir sus cuadros en un ataque de ira. Extravagante, insociable y obsesivo, Cézanne no fue valorado en su tiempo, pero su influencia se dejó sentir en la pintura de todo el siglo XX.
El violín
Nadie es violinista por casualidad. Es preciso hober sentido en uno mismo esta tensión intima de lo antiguo y lo moderno, de lo frivolo y lo profundo; haber aceptado esa violencia carnal del contacto con el instrumento para aceptar la incómoda evidencia: el prodigio del violín se realiza más allá de la música. Con este espiritu los autores tratan de captar los múltiples verdades de un instrumento cuyo potencial simbólico aún no ha sido del todo explotado, No era cuestión de decirlo todo sobre un repertorio inmenso. Antes el descubrimiento que la exégesis, antes el riesgo que la apologia. Más allá de la veneración de las obras del pasado, este libro se vuelve resueltamente hacia el presente.
De ahí la importancia particular del repertorio contemporáneo en estas páginas y la constante preocupación pedagógica que ha guiado a sus autores. Ami Flammer es concertista, fundador del cuarteto Flammer y profesor del Conservatorio de París. Gilles Tordjman es periodista y crítico. Los libros de esta colección dedicada a los instrumentos musicales, cada uno redactado por uno o más especialistas, exponen la síntesis de los conocimientos actuales sobre cada instrumento. Destinados a los alumnos de los conservatorios, a los profesores, a los profesionales y a todos los devotos de la música, estos libros representan un complemento útil para cuantos quieren vivir la música por la práctica instrumental.