Husserl
Es el fundador de la fenomenología, un movimiento filosófico que aspira a estudiar el acceso al conocimiento atendiendo a las cosas tal y como se muestran, tal y como se ofrecen a la conciencia. Para conseguirlo, el filósofo moravo propuso adoptar una actitud diferente por medio de un método que comienza por suspender la validez del mundo. Este cambio de perspectiva dio lugar a un ambicioso proyecto que influyó en numerosas corrientes filosóficas del siglo pasado y abrió nuevas líneas de investigación en disciplinas tan diferentes como la psicología, la sociología o la estética. Su influencia, lejos de haberse agotado, goza todavía hoy de una sorprendente actualidad.
Peirce
Es considerado el padre del pragmatismo, un método originariamente concebido para clarificar el contenido de las ideas remitiendo a sus consecuencias prácticas. Y es que para el filósofo americano toda concepción debía estar unida a la experiencia posible, de tal modo que no debía haber ninguna ruptura entre la ciencia y la filosofía, e incluso entre la cencia y la religión. Bajo la guía de la experiencia, el pensamiento está destinado a alcanzar una opinión final sobre todas las cuestiones que se plantee, y esta opinión será la verdad sobre ellas. Pensador ecléctrico e incluso contradictorio en sus planteamientos, pero siempre original y profundo, Peirce ha dejado huella en campos como la filosofía de la ciencia, la lógica formal y la semiótica.
Spinoza
Es considerado el filósofo de la alegría, un afecto que, según él, es el que mejor fomenta la capacidad creadora del pensamiento. De talante cosmopolita, ilustrado y tolerante, abordó los temas filosóficos del siglo XVII con espíritu crítico, siempre con la razón como guía, pero también abierto a la imaginación y la intuición. El resultado fue una novedosa concepción metafísica que identifica Dios y Naturaleza como una misma realidad. Su aproximación a la ética no fue menos audaz, pues defendió que entender y dirigir racionalmente las propias pasiones, en vez de reprimirlas, es lo que confiere al hombre su libertad. De ella hizo gala el pensador tanto en su vida como en su obra, la cual puede verse como una defensa de la autonomía personal y política, así como una reivindicación de la vida frente a la muerte
Merleau Ponty
Es considerado «el filósofo de la percepción». Frente a siglos de historia que daba por buena la escisión entre alma y cuerpo, el pensador francés consideró que la integración de ambos era necesaria para relacionarse con los demás y comprender el mundo, devolviendo así un estatuto filosófico al cuerpo y con ello al ser humano en su globalidad. El filósofo convirtió el fenomeno de la percepción corporal en el centro de su filosofía, y la consideró como el medio a través del cual el hombre se comunica con su entorno. La persona, sin una conciencia perceptiva adherida íntimamente al cuerpo, no hubiera hecho posible ningún avance individual o colectivo.
Gadamer
Fue el renovador de la hermenéutica, al considerar que esta no era solo un método de interpretación de textos de significado oculto, sino expresión de la condición humana. En este sentido, el lenguaje se convierte en un elemento clave pues es el medio a través del cual se realiza no solo el entendimiento entre los interlocutores y el posible consenso o desacuerdo, sino la verdadera entidad y naturaleza de las cosas. Es, en definitiva, el medio que permite a los seres humanos relacionarse con el mundo, de tal modo que toda experiencia forma parte de un acontecimiento lingüistico.
Dilthey
Hizo de la vida el centro de su filosofía que concibió como un enigma que precisa de comprensión, y no como algo cerrado en leyes universales y principios absolutos. Las ciencias del espirítu, esto es, las de la cultura y la sociedad, son las encargadas de estudiar esa vida, no tanto para explicar la verdad de los asuntos humanos como para comprender los motivos que conducen a la creación de ciertos valores y la elección de determinados fines. En este sentido, comprender la realidad histórica implica comprender la vida de las personas que la hacen
Wittgenstein
Es el gran revolucionario lingüístico de la filosofía por su innovadora concepción del lenguaje, que entendía como un método para acceder al conocimiento de la realidad. Gracias a este enfoque tan poco ortodoxo, fue capaz de dar forma, en dos momentos muy distintos de su vida, a dos planteamientos opuestos del lenguaje. El llamado «primer Wittgenstein» lo concibió como un ideal sometido a las leyes de la lógica, y defendió que los límites de nuestro lenguaje son límites de nuestro mundo. Treinta años después el «segundo Wittgenstein» contempló el lenguaje desde el uso que de él hacen los hablantes y de la utilidad que presta. Sus ideas determinaron el curso de la reflexión filosófica contemporánea y le valieron el reconocimiento como uno de los pensadores mas influyentes del siglo XX, inspirador de muchas de las filosofías posteriores sobre el lenguaje, ciencia, psicología y matemática.
Hobbes
Es el teórico por excelencia del absolutismo político. Sus ideas, osadas y no exentas de polémica, pueden resumirse en su más famoso aserto: «El hombre es un lobo para el hombre». O lo que es lo mismo, el hombre es un ser cuya innata naturaleza egoísta le empuja a buscar su propia satisfacción, aun a costa de sus semejantes. Por ello, es necesario un Estado fuerte, autocrático o parlamentario pero de autoridad indiscutida, que pueda mantener el orden cívico diluyendo la ferocidad de los apetitos en las reglas de la economía. Ideas que hoy, en una época de crisis y cuestionamiento de la función de las instituciones públicas, son toda una invitación al debate.
Sartre
Revolucionó la filosofía de la segunda mitad del siglo XX con su defensa de la libertad humana. Para él, existir significaba reflexionar sobre el hombre y sus problemas inmediatos en un intento de dar sentido a la vida. Así, temas como la angustia, lo absurdo y la muerte despertaron poderosamente su interés, y su análisis profundo le llevó a concluir que el ser humano está condenado a ser libre, y por ello, es el único responsable de su existencia. Ese ansia de libertad, unido a su inconformismo, le convirtió en el modelo intelectual comprometido política y socialmente.
Locke
Es el Primer gran teórico del liberalismo político por su férrea defensa de las libertades individuales, la propiedad privada y la democracia. Convencido de que todos los seres humanos nacen libres, sostuvo que solio por propia voluntad ceden al Estado su poder a cambio de que este proteja sus derechos y sus libertades, pudiendo rebelarse cuando este no cumple su función. Conceptos tan básicos en las modernas democracias occidentales como son la igualdad ante la ley, la libertad de expresión o la tolerancia religiosa hallan su fundamento en este trascendente pensador.
Bergson
Es el filósofo de la intuición, concebida como un método de conocimiento que permite comprender todo lo vital, que se le escapa a una inteligencia hecha para pensar la materia.Gracias a la intuición el ser humano puede conocer adecuadamente, por medio de pensamientos e imágenes, todo lo vivo, sin necesidad de diseccionarlo. La filosofía de Bergson remite así a la vida y a problemas concretos como la libertad, la relación entre la mente y el cerebro, el tiempo o la actividad creadora, tan actuales en tiempos del filósofo como hoy día.
Nietzsche
Es el pensador crítico por antonomasia. En su obra se enfrentó con la cultura de su época, atacó de forma violenta -«con el martillo»- la moral tradicional y llegó a predicar la muerte de Dios. Construyó una filosofía basada en la supremacía de la vida y drecretó que el porvenir pertenecía a un nuevo tipo humano, el «superhombre», y al nuevo sistema de valores que traeía con él. Falleció en 1900 ignorado por todos, pero el siglo que le vio morir le consagraría como el crítico más radical y lúcido de la sociedad contemporanea.